Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta | ISNI: 0000000517782974
La artrosis en las manos es el segundo tipo de artrosis más común entre los españoles, justo después de la que afecta a las rodillas. Se trata de un desgaste degenerativo del cartílago que suele afectar más a las mujeres postmenopáusicas.
Para diagnosticar la artrosis en las manos es necesario acudir a un reumatólogo y realizar una radiografía. Como algunas veces dar este paso cuesta, en este artículo te vamos a explicar qué síntomas pueden hacerte sospechar que sufres artrosis y te explicaremos qué tratamientos y ejercicios son recomendables para mejorar la patología.
El primer síntoma de la artrosis en las manos es el dolor. Más tarde, suele ir acompañado por rigidez, especialmente al levantarse por las mañanas, e hinchazón.
Otro de los síntomas de la artrosis es el crujido de los dedos. Recuerda que, al contrario de lo que dicen algunas leyendas urbanas, crujirse los dedos no es una causa para que aparezca la artrosis.
Por último, en una fase más adelantada pueden surgir deformaciones y bultos en los dedos. También puede aparecer debilidad y limitación de movimientos, complicando acciones del día a día como abrir un bote o coger una moneda.
Hay tres sitios de la mano muy comunes donde aparecen los síntomas de la artrosis:
Cuanto antes se diagnostique la artrosis mejor se podrá prevenir el daño de esta enfermedad crónica y minimizar sus síntomas. De hecho, el tratamiento busca minimizar el dolor y mejorar la funcionalidad de las manos, no curarla del todo, ya que no es posible.
Entre las opciones que puede considerar tu reumatólogo están:
La cirugía solo se considera cuando los tratamientos anteriores no han surgido efecto, aunque tiene la misma finalidad: revertir el dolor y mejorar la calidad de vida, no curar la enfermedad. Hay varios tipos de cirugía para la artrosis en las manos y será un médico quien decida cuál es la más adecuada para cada paciente.
Practicar ciertos ejercicios es una de las mejores formas de prevenir la artrosis de las manos, frenar que avance y mejorar sus síntomas. Además, verás que puedes realizarlos en cualquier momento del día, así que no hay excusas:
La radiografía es una herramienta diagnóstica fácil y segura. Si has tenido una lesión o accidente y crees que puedes tener un hueso roto, una radiografía puede darte una respuesta. Además, también permite detectar quistes o tumores en la zona analizada.
Si últimamente has notado debilidad en los huesos, dolores articulares o malestar en los músculos, acude a un reumatólogo para que pueda determinar si existe alguna lesión grave que requiera tratamiento.