Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta | ISNI: 0000000517782974
Los hematíes, también conocidos como glóbulos rojos o eritrocitos, son las células de la sangre encargadas de transportar oxígeno desde los pulmones hacia el resto de tejidos del cuerpo, así como eliminar el dióxido de carbono. La hemoglobina, uno de los componentes principales, es la que hace posible que el oxígeno pueda llegar a todo el organismo y también es la causante de que tengan ese color rojo.
Como la función que realizan los hematíes es sumamente importante es necesario tenerlos controlados. Con un análisis de sangre básico en el que se incluye un hemograma se puede realizar un recuento que indique si existe algún tipo de problema.
Anteriormente ya te hemos explicado qué pasa cuando los resultados revelan unos hematíes altos. A continuación te explicamos las causas y las consecuencias de tenerlos bajos.
Los niveles normales de glóbulos rojos en sangre son:
Los posibles motivos que pueden dar lugar a un número de hematíes bajo, lo que se conoce como anemia, son:
Seguramente te estarás preguntando cómo sospechar que tienes los hematíes bajos. Existen varios síntomas que pueden ayudarte a dar una idea sobre la necesidad de realizar un análisis de sangre, aunque dependen del nivel de escasez de glóbulos rojos:
Se trata de un problema de salud que hay que tener muy en cuenta, de manera que debe ser remediado con bastante urgencia. El tratamiento a seguir es distinto dependiendo de la causa que origina una existencia baja de glóbulos rojos y de su gravedad. Entre ellos encontramos:
Si no quieres llegar al punto de tener los hematíes bajos y tratarte por ello, puedes seguir una serie de consejos orientados a la alimentación y la actividad física:
Habrá causas contra las que no podrás luchar solo siguiendo estas buenas conductas, pero reducirás mucho las probabilidades de otras que sí están en tus manos.