Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta | ISNI: 0000000517782974
La homocisteína es un aminoácido producido por nuestro metabolismo que hay que tener tan bien controlado (o más) que el colesterol, aunque sea bastante menos conocido por la mayoría de la población. Si sus niveles en la sangre se elevan, aumentan peligrosamente las posibilidades de sufrir daño en las arterias y que la sangre se coagule más fácilmente, entre otros problemas.
Con un análisis de homocisteína conseguirás despejar tus dudas sobre si existe algún problema con este aminoácido, por eso es una prueba fundamental durante el embarazo. Seguidamente te explicamos un poco más sobre los peligros de la homocisteína alta, las causas y el tratamiento.
Los valores de homocisteína en plasma sanguíneo deben comprenderse entre los 4,4 y los 10,8 µmol/L (micromoles por litro), aunque será un especialista quien mejor interpretará los resultados y hay que tener en cuenta que los niveles varían dependiendo de la edad y del sexo.
A partir de los 11 µmol/L se suele considerar que existe hiperhomocisteinemia y pueden aparecer los problemas que te explicaremos a continuación.
La homocisteína elevada en sangre puede provocar que el revestimiento de las arterias se vea dañado y que la sangre se coagule con demasiada facilidad. Como consecuencia, se multiplican las probabilidades de sufrir insuficiencia cardiaca, infartos de corazón, alteraciones neurológicas como el Parkinson, demencia o el Alzheimer, embolias pulmonares o derrames cerebrales. Todas ellas, afecciones que pueden poner en riesgo la vida.
Además, la homocisteína alta se debe controlar durante el embarazo, ya que puede causar problemas irreversibles, especialmente neurológicos, para el bebé.
La causa principal de la homocisteína alta es un déficit de vitamina B, ya sea B6, B9 o B12, algo que puedes comprobar mediante un análisis completo de vitaminas.
Otras causas de unos niveles elevados de homocisteína pueden ir relacionadas con:
Para reducir los niveles altos de homocisteína es necesario aumentar el consumo de alimentos con vitamina B6, B9 y B12. Entre ellos están:
Si la dieta no es suficiente, tu médico puede considerar necesario que tomes algún suplemento vitamínico. Además, recomendamos reducir el consumo de alcohol y de café, así como dejar de fumar.
Si la causa es alguna enfermedad, deberá tratarse siempre de la forma que te recomiende el especialista.