Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta | ISNI: 0000000517782974
Tanto si eres fumador como si conoces a alguien que lo es, te interesará leer este artículo. Te vamos a informar sobre los componentes del tabaco con el objetivo de concienciarte y de ayudar a concienciar a los demás sobre qué se mete en el cuerpo cuando fumas un cigarro.
En anteriores ocasiones te hemos hablado de los miedos que comporta dejar de fumar, analizando el problema y animándote a que lo superes. Hoy queremos, solamente, darte información. Las conclusiones deben ser tuyas.
Además, recuerda que si eres fumador, se plasmará en los resultados de tus análisis de sangre.
Más de 4.000 componentes químicos
Cada cigarrillo y su humo contienen más de 4.000 componentes químicos distintos con el objetivo de hacer más atractiva y adictiva la experiencia de fumar. Uno de ellos, por ejemplo, es el chocolate, que parece totalmente inofensivo pero tiene la función de mantener al fumador enganchado.
Entre esos componentes del tabaco hay alrededor de 400 que tienen efectos cancerígenos. Pero no solo el cáncer es un problema, ya que muchas enfermedades cardiovasculares, respiratorias, dermatológicas o digestivas, entre otras, también derivan de los materiales con los que están hechos los cigarros.
Sesión Psicología Adultos
Sentir estar en el límite, tener pensamientos negativos, ser agresivo o no controlar las emociones son algunas de las alteraciones más comunes en la sociedad actual. Si crees que es tu caso o el de algún familiar, un psicólogo puede ser un gran apoyo y guía en la recuperación.
tuMédico.es desde
30€
Comprar
¿Qué contiene un cigarro?
Si tuviéramos que nombrar uno a uno todos los componentes, no terminarías de leer este artículo hasta dentro de unas horas. Por eso, resumimos a continuación los principales “ingredientes” con los que se hacen los cigarrillos:
- Nicotina. Es la responsable de que el tabaco cree tanta adicción. Hay estudios que confirman que la nicotina presente en los cigarros es igual de adictiva que la cocaína o la heroína. Provoca un aumento del ritmo cardíaco y de la presión arterial.
- Azúcar. Representa casi un 3% de un cigarro y sirve para potenciar el efecto adictivo de la nicotina.
- Alquitrán. Es el término que engloba todas las sustancias químicas que se desprenden del humo del cigarro. Se encarga de llevar la nicotina y el resto de “venenos” a los pulmones. Es la culpable de los dientes amarillos en los fumadores. Si alguien fuma más de un paquete al día, termina el año con 500 gramos de dicha sustancia en los pulmones, algo que suele acabar derivando en problemas respiratorios.
- Monóxido de carbono. Es el mismo gas venenoso que expulsan los tubos de escape de los coches. Al entrar en contacto con la sangre, obstaculiza el transporte de oxigeno por el organismo. Cuando se deja de fumar, las personas se sienten más enérgicas gracias a que los glóbulos rojos terminan recuperando el oxígeno.
- Gas cianhídrico. Es un gas transparente que también dificulta el transporte de oxígeno.
- Nitrosamina. Otro tipo de gas invisible cuando pero que, en este caso, daña las células de los tejidos, pudiendo formar tumores malignos.
- Cacao. Contiene una sustancia química (teobromina) que dilata las vías respiratorias, de manera que las caladas contienen más humo y nicotina.
- Cadmio. Es un metal pesado tóxico que afecta a los pulmones y a los riñones. Puede provocar infertilidad y tarda unos 70 años a eliminarse del cuerpo humano.
- Arsénico. Se usa para eliminar el color verde en la fabricación de vidrio y como matarratas o mata hormigas.
- Menta. Sirve como sedante de la garganta para que el humo no queme.
- Amoníaco. Presente en muchos productos de limpieza. Irrita los ojos y las vías respiratorias.
- Chocolate, miel y regaliz. Son tres aromatizantes que ayudan a dar un mejor sabor al cigarrillo, disimulando la amargura de la nicotina y del resto de componentes del tabaco.
- Piridina. Es un depresor del sistema nervioso central y potencia la adicción, igual que la nicotina.
- Tolueno. Afecta el sistema nervioso central y provoca cansancio y pérdida de memoria, audición y visión.
- Hoja de tabaco. Cada cigarro tiene minúsculas hojas de tabaco, normalmente proveniente de los tallos y desechos de la hoja.
- Papel. Cuanto más poroso sea, más humo deja diluir.
- Filtros. Se encargan de retener una parte del alquitrán y del humo antes de que entren a los pulmones del fumador.
Seguro que algunos te suenan más que otros y que no son igual de perjudiciales la miel y el alquitrán, pero todos cumplen una función: mantener enganchado al fumador. Algo que, a la larga, seguramente acabe derivando en algo perjudicial e, incluso, irreversible.
Ahora sí, te recomendamos que reflexiones sobre si vale la pena dar esas pequeñas dosis de veneno a tu cuerpo y jugar con algo tan importante como la vida. Pide ayuda a profesionales para dejar de fumar. Te ayudarán a no estar solo o sola en este camino y te enseñarán las mejores técnicas y consejos para conseguirlo.