Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta | ISNI: 0000000517782974
Las manchas oscuras en la piel aparecen en muchas personas a partir de los 30 años al desarrollar irregularidades pigmentarias en su piel debido a haberse expuesto al sol sin la protección adecuada, al propio envejecimiento de la piel o simplemente por motivos genéticos, es decir, por una distribución diferente de la melanina, el pigmento responsable de la coloración de la piel, y los melanocitos, las células responsables de la pigmentación de la piel.
No te asustes, en la mayoría de los casos, estas manchas marrones en la piel, conocidas médicamente con el nombre de manchas solares, únicamente suponen un problema estético, sobre todo cuando salen en la cara o en otros puntos visibles del cuerpo. Las pecas, los léntigos solares o los lunares se consideran patologías banales y sencillas de tratar en el caso de querer buscar una solución.
Sin embargo, otras manchas o los cambios inusuales en el color, la forma o el tamaño de una llaga o lunar sí que pueden llegar a suponer un grave problema para nuestra salud. Pueden ser la advertencia de que se está formando un melanoma, uno de los cánceres de piel más agresivos que existen. Los expertos recomiendan vigilar estas manchas con cierta periodicidad y, ante el más mínimo cambio de aspecto, acudir al dermatólogo para que realice una revisión integral de nuestra dermis, analice todas las imperfecciones y protuberancias, y emita un diagnóstico fiable. Porque en estos casos, el diagnóstico precoz puede salvar una vida.
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Como han demostrado diversos estudios, tomar el sol con moderación puede ayudar a mejorar pieles aquejadas de psoriasis o acné. Pero el astro rey, y más concretamente las radiaciones ultravioleta solares del tipo B (UVB) y del tipo A (UVA) de su espectro luminoso, también es la principal causa de la aparición de manchas de color marrón o negro en la piel.
El proceso es el siguiente: la exposición prolongada a los rayos ultravioleta provoca que la melanina encargada de regular se genere en mayor cantidad, de manera que en aquellas zonas de nuestra piel donde la melanina queda más agrupada, terminará por aparecer una mancha.
Las manchas solares más comunes son las pecas y los lunares.
Las manchas en el cuerpo no solo aparecen por la exposición al sol, también pueden deberse al proceso natural de envejecimiento. En Medicina reciben el nombre de léntigos simples y se describen como pequeñas manchas y pigmentaciones que aparecen distribuidas por el dorso de las manos, las sienes o las mejillas, es decir, las áreas a las que les ha tocado el sol durante toda la vida. Su tamaño varía desde los pocos milímetros hasta los 2 centímetros y su color va desde el marrón claro hasta el negro.
Surgen por alteraciones de los melanocitos o células que producen el pigmento de la piel. Cuando una persona se broncea, estas células aumentan. De ahí, que si la piel recibe constantes irradiaciones, modifique gradualmente sus melanocitos al punto que con el paso de los años, estos provoquen hiperpigmentación o pigmentaciones más oscuras. La aparición de estas manchas no puede evitarse, pero sí retardarse si antes de la edad de su aparición, que suele rondar los 50 años, hemos mantenido hábitos de exposición solar saludables.
Determinadas patologías o enfermedades hepáticas también pueden ocasionar la aparición de manchas en la piel. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la hemocromatosis. Esta enfermedad causa una acumulación de hierro de forma excesiva tanto en los tejidos como en algunos órganos del cuerpo. El hígado es uno de los órganos más afectados. La hemocromatosis puede ser primaria o hereditaria y secundaria o adquirida, y se estima que alrededor del 75% de los pacientes con hemocromatosis presentan hiperpigmentación en la piel.
Existen otras manchas en la piel de color café que aparecen como si fueran parches y en zonas de la cara que están expuestas al sol, generalmente en las mejillas, en la frente, en la nariz y en el labio superior. Estas manchas reciben el nombre de melasma. En su mayoría se presenta en mujeres jóvenes con tonos de piel canela, pero puede afectar a cualquier persona. Se asocia a menudo con dos hormonas femeninas: estrógeno y progesterona.
El melasma es común en mujeres que están tomando pastillas anticonceptivas (anticonceptivos orales) y en mujeres que toman hormonoterapia (HT) durante la menopausia. Pero su probabilidad de aparición también aumenta en mujeres embarazadas. En este último caso evitar su aparición y que se produzcan daños irreversibles en la piel, es tan sencillo como utilizar una protección solar adecuada. Si sufres de melasma, puedes eliminarlo con cremas despigmentantes o láser.
Si tu problema es que te han salido unas manchas blanquecinas en la piel, la explicación no tiene que ver ni con la exposición solar ni con el envejecimiento. El vitíligo es una enfermedad de la piel de carácter autoinmune, en la que los melanocitos son destruidos por el sistema inmunológico, dejando así de producir melanina y, por tanto, dando lugar a zonas de la piel con pérdida de pigmento, de decir, manchas blanquecinas especialmente alrededor de los ojos, nariz, boca, en las manos y las piernas.
El vitíligo puede aparecer a cualquier edad, si bien en la mayor parte de las personas con esta predisposición genética, se da antes de los 20 años. En el 40 % de los casos, esta enfermedad es hereditaria, pero lo que se hereda es la predisposición genética, no la propia enfermedad. Para que ésta se desarrolle tiene que concurrir un factor desencadenante (estrés, cambio hormonal, quemadura en la piel, herida).
En innumerables ocasiones hemos escuchado eso de que “la cara es el espejo del alma”. Parafraseando esta afirmación, podríamos decir que “la cara es el mapa en el que se refleja todo lo que oculta nuestro cuerpo”. Desde alteraciones hormonales hasta reacciones alérgicas o deshidratación aparecen en nuestro rostro en forma de granitos o manchas. A menudo, no suponen un motivo de alarma, sino una cuestión estética, pero bajo este diagnóstico general también podemos encontrarnos un cáncer de piel o melanoma.
Por lo tanto, ante la más mínima percepción de que una lesión cutánea facial haya crecido de forma importante, lo más sensato es acudir a un dermatólogo. Solo él podrá realizarnos un correcto diagnóstico y conocer la potencial relevancia médica de estas manchas. Esto será fundamental para evitar terribles consecuencias y elegir de forma precoz la mejor alternativa terapéutica. Y es que, muchas formas de precancerosis y cáncer de piel pueden manifestarse como una mancha inofensiva.
¿Te preocupa la forma de ese lunar, has detectado nuevas manchas en tu piel, quieres evitar la alopecia o deseas poner fin a tu acné? Solicita una visita al dermatólogo y sal de dudas. La prevención es lo más importante.