Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta | ISNI: 0000000517782974
El piercing del ombligo es uno de los más comunes y, aunque no es de los más peligrosos, es bastante habitual que se infecte. El ombligo es una zona que no solemos limpiar a consciencia y puede convertirse en un buen sitio para que las bacterias campen a sus anchas.
En caso de tener el piercing del ombligo infectado es necesario que acudas a un dermatólogo. Siguiendo el tratamiento que te recomiende podrás desinfectar el piercing en pocos días y evitar posibles consecuencias como que genere una cicatriz de por vida o que la infección se expanda.
En este artículo te explicaremos cómo saber que tienes el piercing infectado, por qué causas puede ocurrir, cómo prevenir que esto pase y cómo curarlo.
El motivo más común por el que se infecta un piercing del ombligo es haberlo tocado con las manos sucias o que se haya contaminado con fluidos corporales o agua sucia. El roce con ciertos tejidos de ropa también puede provocar una infección.
Asimismo, es posible que el instrumental utilizado para perforar el ombligo no estuviera esterilizado correctamente o que se hiciera sin las condiciones higiénicas necesarias, por ejemplo sin guantes.
Normalmente el piercing del ombligo se infecta durante los primeros días después de la perforación, ya que existe herida y es más vulnerable a las bacterias. Cuando esa herida está cicatrizada es más complicado que aparezca una infección, aunque no imposible.
Los síntomas que pondrán en evidencia que tu piercing del ombligo está infectado son:
Primero de todo, recalcamos la importancia de ir a ver a un dermatólogo antes de seguir cualquier tipo de tratamiento casero. Existe la posibilidad que no sea una infección corriente, sino una reacción alérgica al material con el que está hecho el piercing o sensibilidad con los productos que se usan para mantener el piercing limpio. Por ejemplo, en este último caso, sería contraproducente usar agua oxigenada, alcohol yodado o pomadas.
Normalmente, el especialista médico no te hace quitar el piercing para evitar que se cierre el agujero, así que el tratamiento será con él puesto, a no ser que la infección obligue a quitarlo. Habitualmente se recetan cremas con antibióticos que se aplican en la zona infectada.
Durante esos días de tratamiento es especialmente importante mantener la zona limpia con agua y jabón neutro y secarla bien. Seguidamente, aplícate suero fisiológico con un bastoncillo moviendo lentamente el piercing.
Tampoco podrás usar piscinas, saunas o jacuzzis ni realizar deporte intenso. Opta por ponerte ropa ancha y cómoda para que el ombligo pueda respirar.
Para prevenir que el piercing del ombligo se infecte es fundamental mantener una buena higiene. Puede tardar en cicatrizarse y sanarse del todo entre 6 y 12 meses, así que durante ese tiempo es muy recomendable lavarlo a diario con suero salino y después, con una gasa mojada por agua, quitar delicadamente las costras cristalinas que se formen, moviendo el piercing con cuidado.
Hay que ir con cuidado a la hora de aplicar jabón de ducha en el ombligo. Se recomienda no ponerlo directamente, sino usar la espuma para limpiar la zona y que no esté más de 30 segundos sobre el piercing. Recuerda enjuagar con abundante agua y secarlo con una toalla o una gasa limpia, presionando el piercing de forma suave.
Evita la ropa apretada y los pantalones de tiro alto que estén en contacto con el ombligo. Tanto el roce, como el sudor o las pelusillas que se puedan formar son contraproducentes.
Por último, hazte siempre el piercing en un sitio que reúna las condiciones higiénicas necesarias.