Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta | ISNI: 0000000517782974
La litotricia extracorpórea es una de las muchas técnicas que existen para tratar las litiasis renales, conocidas popularmente como piedras en el riñón.
Estas “piedrecitas” suelen ser asintomáticas hasta que generan alguna complicación, normalmente al descender por el uréter, el fino conducto que va a parar hasta la uretra, y obstruyen el paso de la orina, provocando un cólico nefrítico.
A continuación, te explicamos en qué consiste una litotricia y te resolvemos algunas de las preguntas más comunes a la hora de afrontar esta intervención médica, como por ejemplo si la litotricia duele.
Recuerda que siempre será un urólogo quien debe decidir cuál es el mejor tratamiento de la litiasis renal para tu caso en concreto.
La litotricia extracorpórea es un tratamiento que deshace las piedras del riñón mediante ondas de choque con la finalidad de facilitar su evacuación mediante la orina.
No necesita cirugía, de manera que se trata de una intervención no invasiva.
Las ondas de alta energía o sonoras consiguen atravesar el cuerpo de la persona hasta llegar al riñón, la vejiga o el uréter, donde se destruye la litiasis renal existente.
El tratamiento suele durar unos 45 minutos, aunque la duración puede variar dependiendo de la cantidad, el tamaño, la localización y el tipo de cálculos renales.
En primer lugar, es necesario acudir a la intervención en un ayuno de mínimo 6 horas, tanto de comida como de bebida. El urólogo también le advertirá sobre qué medicamentos debe dejar de tomar los días antes, especialmente si son anticoagulantes.
Una vez en la clínica, se localizará el cálculo mediante un sistema de ultrasonidos o de rayos X para saber exactamente dónde se ubica.
El paciente permanecerá acostado sobre un dispositivo con agua justo donde se ha localizado la litiasis renal y se aplicarán las ondas de choque que la romperán en trocitos diminutos.
Una litotricia puede generar dolor en la zona donde se aplican las ondas. El dolor puede variar según la concentración de las ondas y su focalización, por lo que hay máquinas más indoloras que otras. También puede afectar la distensión de la cápsula renal en la zona de impacto.
Para evitar estos dolores se puede optar por una anestesia general, en la que se está dormido y no se siente ningún dolor. Si no, también es posible llevar a cabo una anestesia local u optar solo por un medicamento que ayudará a soportar el dolor y a relajarse.
Durante los días siguientes a la litotricia extracorpórea todavía quedará expulsar los pedacitos de cálculos renales, que puede llegar a alargarse entre 4 y 8 semanas después del tratamiento.
Es normal que la orina presente un poco de sangre durante ese periodo.
Cuando se estén expulsando las piedrecitas es normal experimentar dolor e incluso náuseas, ya que la uretra no es una estructura preparada para empujar los cálculos.
Sin embargo, este dolor hubiera sido mucho mayor si no se hubieran partido las piedras.