Revista médica Tumedico.es (ISSN: 2696-8894)
¿Qué es la vitamina C y para qué sirve?
Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta | ISNI: 0000000517782974
La vitamina C es un nutriente muy popular asociado a la buena salud. Más allá del mito de que ayuda a prevenir los resfriados, lo cierto es que sí ofrece múltiples beneficios, como reforzar el sistema inmunitario o su contribución en la producción de colágeno. Ahora bien, pese a que nuestro cuerpo necesita ingerirla diariamente, no tiene capacidad de producirla, de ahí que debemos obtenerla a través de los alimentos.
¿Para qué sirve la vitamina C y cuáles son sus beneficios? ¿En qué alimentos podemos obtenerla sin recurrir al clásico zumo de naranja? Aquí te lo contamos.
¿Qué es la vitamina C?
La vitamina C es una sustancia natural que se encuentra en determinados alimentos. De cualquier forma, también es posible sintetizarla en el laboratorio y obtener el nivel de vitamina C que necesitamos a través de los multivitamínicos.
¿Para qué sirve la vitamina C?
Como decíamos, las personas son incapaces de sintetizar esta vitamina, de ahí que debamos obtenerla a través de la dieta. Ahora bien, ¿por qué es tan importante? ¿Para qué sirve exactamente?
- Se trata de un antioxidante efectivo. La vitamina C tiene una función protectora para minimizar los daños que los radicales libres causan a las moléculas. Además, es capaz de regenerar otros antioxidantes, como sucede en el caso de la vitamina E.
- Ayuda en la cicatrización de las heridas. El tejido conectivo depende de la síntesis de colágeno para mantener una correcta función estructural basada en tendones, vasos sanguíneos, ligamentos, piel y huesos. La vitamina C interviene en este proceso, contribuyendo de esa forma con la cicatrización.
- Promueve la síntesis de neurotransmisores en el cerebro. De esa forma facilita su funcionamiento, permitiendo la comunicación entre neuronas. Asimismo, ejerce una influencia positiva en la memoria y el aprendizaje.
- Facilita la absorción de hierro. De esa manera, el cuerpo evita sufrir anemia y cansancio producido por un déficit de hierro.
- Potencia la síntesis de carnitina. Se trata de un aminoácido esencial que transporta los ácidos grasos para convertirlos en energía. Gracias a este proceso, la fatiga muscular disminuye y tiene lugar la pérdida de grasa en el cuerpo.
¿Cuáles son los beneficios de la vitamina C?
Dentro de los principales beneficios asociados a la vitamina C se encuentran los siguientes:
- Reforzar las defensas. Al fomentar la producción de glóbulos blancos, el sistema inmunitario nos protege mejor frente a las infecciones. De hecho, varios estudios han asociado el nivel insuficiente de vitamina C con un mayor riesgo de contraer enfermedades como neumonía. Asimismo, la vitamina C ayuda a reforzar la barrera natural de la piel, potenciando su nivel de defensa.
- Las posibilidades de sufrir enfermedades crónicas disminuyen. La vitamina C tiene una gran capacidad antioxidante, dando lugar al estrés oxidativo, generado cuando los radicales libres se acumulan en el organismo, algo que puede acarrear múltiples enfermedades degenerativas o crónicas, como cáncer, artritis reumatoide o enfermedades cardiovasculares.
- Puede reducir la presión arterial. Uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares es la hipertensión. La vitamina C puede ayudar a tener bajo control la presión arterial.
¿Cómo tomar vitamina C?
Los cítricos son ricos en vitamina C, pero tenemos que acabar con la falsa idea de que son el único alimento capaz de proporcionarnos este nutriente.
Hemos elaborado una lista de alimentos ricos en vitamina C para que te hagas una idea aproximada y los incluyas en tus comidas de cada día, aunque debemos decirte que existen muchos más.
- Brócoli. Es fuente de vitamina C, aunque lo más recomendable es cocinarlo lo justo para que no pierda sus nutrientes en exceso. De esa forma, disfrutarás al completo de todo su sabor y podrás beneficiarte intensamente de sus micronutrientes. De cualquier forma, el brócoli puede consumirse en crudo sin ningún problema, siempre y cuando lo tritures previamente y lo saltees un poco en la sartén.
- Mostaza. Concentran una buena dosis de vitamina C, aunque es preciso escoger una mostaza de calidad que no contenga elementos añadidos, como es el caso de las salsas ultraprocesadas que cuentan con una cantidad elevada de azúcar.
- Papaya. Es una fruta rica en vitamina C, que hoy día es muy popular por sus características digestivas. Es posible consumirla cruda, aunque también suele utilizarse en repostería a la hora de elaborar postres caseros.
- Coles de Bruselas. Las coles de Bruselas poseen múltiples beneficios, uno de ellos es su alto concentrado de vitamina C. A la hora de cocinarlas, intenta no cocerlas demasiado en agua para que no pierdan parte de sus propiedades.
- Fresas. Las fresas contienen más cantidad de vitamina C que la mandarina y la naranja. La principal ventaja de esta fruta es que solemos consumirla cruda, manteniendo así todas sus propiedades.
- Pimiento rojo dulce. Puedes comprar el pimiento morrón o su versión alargada y aprovechar su fuente de vitamina C. Normalmente se fríen o lo utilizamos asado en conserva, un proceso con el que perdemos parte de su micronutriente. Aun así, merece la pena aprovechar su sabor exquisito en bocadillos, sándwiches, pistos o ensaladas.
- Pimiento picante, guindilla o chile. El pimiento que más vitamina C aporta es el chile rojo, al que le sigue la guindilla picante y después el chile verde. Son un complemento ideal para conceder sabor a tus platos, aunque algunos pican bastante. Lo más recomendable es evitar cocinarlos en exceso y añadirlos crudos siempre que se pueda, ya sea picados o cortados en pequeñas rodajas. De cualquier forma, también los puedes añadir a otras salsas y saltearlos.
- Grosella negra. Esta baya suele emplearse para hacer zumos, jaleas y mermeladas. Ciertamente, resulta muy difícil en su estado fresco, aunque merece la pena buscarla y aprovechar sus propiedades nutricionales. Además, pueden sustituir perfectamente a las moras, arándanos y otros frutos rojos en cualquier preparación.
Perejil e hierbas aromáticas. El perejil fresco contiene una alta dosis de vitamina C. Dos especias más que también destacan por esto mismo son la albahaca y el cebollino. Un error es cocinarlas demasiado. Por ejemplo, a la hora de preparar una pizza, espérate a sacarla del horno para añadir el perejil o cualquier hierba aromática. De ese modo mantendrá su aroma y sabor.