Todos los factores de riesgo del cáncer de mama

Publicado por: Ángel Amilibia Hergueta  |  ISNI: 0000000517782974

El cáncer de mama es el tipo de tumor maligno más frecuente entre las mujeres occidentales. En los últimos años se ha detectado un aumento de la incidencia del cáncer de mama, aunque la mortalidad ha disminuido gracias a la detección precoz, algo que debemos agradecer a las visitas ginecológicas y a las autoexploraciones de pecho que deberían llevar a cabo todas las mujeres de forma regular.

En este artículo te vamos a hablar de los factores de riesgo del cáncer de mama. Es decir, aquellas circunstancias o prácticas que pueden aumentar la probabilidad que una persona desarrolle un tumor de ese tipo. En algunos casos no se puede hacer nada más que estar muy alerta a la aparición de cualquier bulto sospechoso y acudir al ginecólogo o ginecóloga, como mínimo, una vez al año. 

En otros casos, existen formas de prevenir el cáncer de pecho que quizás no te habías planteado porque ni tan solo pensabas que aquello era un factor de riesgo. ¡Vamos a verlo!

Factores de riesgo del cáncer de mama

En el siguiente listado te mostramos qué factores pueden hacer que seas más propensa a la aparición de un tumor en el pecho.

• Ser mujer. Los hombres también pueden padecer la enfermedad, aunque son los cambios constantes de las células mamarias de las mujeres y de sus hormonas las que aumentan las probabilidades de aparición de un tumor en esa zona.
• La edad. El riesgo de cáncer de mama aumenta con la edad. La mayoría de ellos se detectan después de los 50 años. Es por eso que a partir de los 40 se recomienda realizar una mamografía al año o cada dos años.
• La dieta. Afecta en cánceres de muchos tipos. En el de mama, las carnes rojas, las procesadas, los lácteos y las grasas constituyen un factor de riesgo.
• Antecedentes familiares del cáncer de mama. En esos casos, las mamografías anuales suelen requerirse a partir de los 35 años.
• Antecedentes personales. Tanto de cáncer de mama como de otras enfermedades en los pechos, como la hiperplasia atípica o el carcinoma lobulillar.
• Mutaciones genéticas. Herencias en los genes que presentan cambios, como el BRCA1 y el BRCA2.
• Tener sobrepeso tras la menopausia. El tejido graso es la principal fuente de estrógeno después de la menopausia y unos niveles altos de estrógenos aumentan el riesgo de cáncer de pecho.
• No realizar ejercicio. La actividad física es esencial para mantener estables los niveles hormonales de las mujeres y, relacionado con el anterior punto, ayuda a mantener un peso correcto.
• Tener las mamas densas. El tejido mamario denso puede dificultar la detección de tumores.
• Inicio temprano de la menstruación o tardío de la menopausia. Las mujeres que menstrúan desde antes de los 12 años, así como las que entran en la menopausia pasados los 55 años, están más tiempo expuestas a los estrógenos, algo que aumenta sensiblemente el riesgo de cáncer de mama.
• No quedarse embarazada o hacerlo después de los 30 años. La lactancia reduce el riesgo de cáncer de pecho, especialmente si se hace durante más de un año.
• La raza. Las mujeres de raza blanca son más propensas a sufrir un cáncer de pecho, aunque las de raza negra suelen desarrollarlo más temprano y de forma más agresiva.
• Exposición a radiación. Sobre todo, a los rayos ionizantes que se reciben en edades tempranas. Por ejemplo, haber recibido radioterapia en el tórax antes de los 30 años.
• Tomar pastillas anticonceptivas. Determinados anticonceptivos orales pueden provocar un leve aumento de riesgo, pero solo durante un período limitado. Este tema todavía está siendo objeto de estudio.
• Usar terapia hormonal combinada. Tomar hormonas de estrógeno y progesterona juntas durante más de 5 años es un factor de riesgo más. Se trata de una terapia postmenopáusica que va a menos.
• Tabaquismo y alcohol. Especialmente con el alcohol, algunos estudios revelan que ciertas anomalías renales influyen en los niveles de estrógeno en sangre y eso hace aumentar la probabilidad que aparezca un tumor.
• Haber tomado el medicamento dietilestilbestrol. Se administró en mujeres embarazadas entre los años 1940 y 1971 en EEUU para prevenir abortos espontáneos. Sus descendientes directos también tienen un mayor riesgo de sufrir cáncer de mama.