¿Qué ocurre en la semana 16 del embarazo?
16 semanas de embarazo
La mamá: ¡Felicidades! Esta semana se cumplen cuatro meses de embarazo. Es muy probable que tu cuerpo ya se haya adaptado a los cambios hormonales y ahora te sientas mejor con tu cuerpo. Las nuevas sensaciones te ayudarán a encarar el embarazo con más optimismo.
Aunque tu organismo ya está más acostumbrado a su nueva situación, puede ser que a nivel interno existan algunas carencias nutricionales. Por este motivo muchos ginecólogos recomiendan la toma de vitaminas prenatales durante el embarazo. Suelen ser necesarias si durante los primeros meses de gestación has sufrido un cuadro de nauseas importante o si tienes alguna restricción dietética.
Además, muchos especialistas añaden complementos de vitamina B12, yodo y ácido fólico desde el inicio del embarazo. Éste último sirve para evitar la mayoría de casos de espina bífida.
Llegada la semana 16, si tu ginecólogo no ha determinado ninguna alteración en el feto que requiriese una amniocentesis precoz, es el momento adecuado para realizarse la cuarta visita ginecológica y una ecografía. En este control, si el feto está en una posición adecuada, podrás conocer el sexo del bebé.
A estas alturas del embarazo, y sobre todo si no es tu primer bebé, puede que ya notes los movimientos que se producen en tu barriga. Si todavía no lo notas, no te preocupes, ya lo notarás más adelante.
Aumento de peso
En este momento del embarazo ya empezarás a notar como tu barriga sobresale y empieza a tener una forma más redondeada. En cuanto a tu peso, el aumento debería oscilar entre 2,5 kg y 5 kg en función de tu constitución corporal.
El bebé: El feto está en un momento de crecimiento muy importante. A partir de ahora los cambios van a ser exponenciales y vas a notarlo en el crecimiento de tu barriga.
Las extremidades del bebé empiezan a ser más proporcionales con todo el cuerpo. El cuerpo ha crecido respecto a la cabeza y los brazos y las piernas han ganado longitud.
En consecuencia, el futuro bebé es capaz de responder a los estímulos de su entorno y ya empieza a usar sus manitas para agarrar el cordón umbilical o su propio cuerpo.
Además, los músculos y órganos faciales están más desarrollados y el feto es capaz de mover la cara y hacer expresiones faciales curiosas.
Llegados a este punto, el feto tiene un tamaño parecido al de un aguacate. Su longitud es aproximadamente de 11 centímetros y ya pesa 100 gramos.