¿Qué ocurre en la semana 35 del embarazo?
35 semanas de embarazo
La mamá: A partir de la semana 35 es recomendable que acudas al ginecólogo con más frecuencia. Ya queda muy poco para el día del parto y los especialistas recomiendan una visita cada dos semanas o de forma semanal, en función del caso particular.
Es natural que a estas alturas del embarazo tengas muchas ganas de orinar en todo momento. Esto es consecuencia de la presión que ejerce el útero sobre la pelvis, comprimiendo así el espacio de la vejiga urinaria. Recuerda que es muy importante estar bien hidratada, no olvides beber agua de forma recurrente de todos modos.
También es habitual sentir acidez debido a los cambios internos que se están produciendo en los órganos de la zona abdominal.
Como resultado de tu ya enorme barriga, te va a resultar incómodo estar en según qué posturas. Por ejemplo, va a ser complicado estar boca arriba durante mucho rato. La postura más confortable, probablemente, será de lado y con una almohada entre las piernas. Encontrar una posición adecuada también va a ayudar a disminuir el dolor de espalda. Ahora que tu morfología ha cambiado considerablemente, tu forma de andar también se verá modificada y esto puede tener repercusiones en la zona lumbar.
En este estadio de la gestación es probable que realizar deporte te empiece a resultar complicado, incluso molesto. En función de tu estado físico y anímico, puedes rebajar la intensidad de la actividad deportiva o sustituirla por ejercicios más adecuados, como por ejemplo el Yoga o los ejercicios de preparación al parto. Decidas lo que decidas, no olvides caminar un poco cada día a ritmo ligero para mantener la circulación de tu organismo activa.
Aumento de peso
En la semana 35 es normal que hayas aumentado entre 9,5 kg y 13,5 kg respecto a tu peso habitual. No olvides que parte de este peso corresponde al futuro bebé, a la placenta, al líquido amniótico y a la sangre extra. Justo después del parto perderás parte de estos quilos automáticamente.
El bebé: Llegados a este punto, es normal que el feto ya esté colocado en posición cefálica y proceda a encajarse en la zona baja de la pelvis de su mamá. Sin embargo, si en tu caso todavía no ha ocurrido, no debes preocuparte, el bebé puede darse la vuelta en cualquier momento.
El desarrollo físico del feto ha llegado a su punto álgido y a partir de ahora crecerá, principalmente, en volumen. Los pulmones, órgano indispensable para garantizar la vida, ya han madurado y están listos para oxigenar al bebe.
Esta semana el futuro bebé tiene un tamaño similar al de un coco verde. Su longitud es aproximadamente de 46,2 centímetros y ya pesa 2 kg y 400g.